FERNANDO ELOSÚA


 

Hola, soy Fernando, tu coach personal. Mi misión es apoyarte para alcanzar tus objetivos o descubrir aquellos aspectos que te gustaría modificar en tu vida. Si has llegado a mi página buscando ayuda porque has oído o te han dicho que "tienes que ser tu mejor versión", "tienes que salir de tu zona de confort" o "tienes que cambiar tu forma de ser", os aconsejo que busquéis otra página, otro coach; los cambios tienes que "quererlos", no pueden ser obligatorios: "quiero mejorar mi forma de relacionarme con los demás", "quiero dar un giro a mi vida". Y "lo de la mejor versión" lo olvidamos, que no somos aplicaciones de móvil que hay que actualizar cada cierto tiempo.

 

La mediación es la manera de resolver conflictos que nos pueden surgir sin tener que recurrir a la vía judicial, lo que nos ahorra tiempo y dinero;  además, en la mediación no hay vencedores y vencidos: la idea es que todos salen ganando. 

 

 



Coaching  y Psicología.

Mediación Civil, Familiar y Mercantil



 

Coaching personal

Si tienes un objetivo pero no sabes como llegar a conseguirlo; quieres cambiar algún aspecto de tu vida pero no encuentras la forma de hacerlo; como coach puedo apoyarte para que seas capaz de encontrar las herramientas y habilidades que te permitan conseguir tus metas.

Coaching de Salud

Desde la experiencia como paciente, podemos mejorar la percepción y el cómo afrontar la enfermedad. No te voy a curar, eso lo dejamos para los médicos, sí que voy a intentar que la situación no te supere y puedas seguir adelante. 

 

Coaching educativo

Apoyo a estudiantes en su desarrollo académico.

Técnicas de Estudio.

 

Psicología individual

Psicólogo de situaciones no clínicas.

 

Promover importantes mejoras en los entornos laborales, influyendo positivamente en el desempeño y la satisfacción de los trabajadores y de las propias organizaciones. 

 

Psicología del Trabajo y las Organizaciones

Sobre mí

  Mis primeros estudios universitarios fueron en Magisterio; allí descubrí la Psicología y unos años después, mientras trabajaba, me matriculé en Psicología en la U.N.E.D. para compaginar estudios con trabajo. Terminé mi carrera, pero por situaciones de la vida continué en el puesto que tenía durante muchos años. 

  En el 2020, todos sabemos lo que sucedió con el Covid19. Como tantos millones de personas, me contagié y terminé desarrollando Covid Persistente, una enfermedad nueva, incapacitante, que me llevó a no poder continuar trabajando en la empresa en la que estaba. Pero no me rendí, ni me resigné, al contrario, con mucho esfuerzo, pero con mucha determinación, me he especializado en Coaching.

  Y aquí estamos para ofrecer a los clientes los conocimientos adquiridos y la larga experiencia laboral en el trato con multitud de personas. Además, convivir con una enfermedad crónica te altera la forma de ver la vida, te cambia la perspectiva, la manera de encarar el futuro y esta situación me ayuda a comprender mucho mejor las expectativas de los clientes: Podríamos decir que soy "Experto en Covid Persistente". 

La formación en Magisterio me permite ofrecer a las familias asesoramiento en la educación de los niños y adolescentes, técnicas de estudio, guía para la elección de materias optativas ,...

 

FORMACIÓN:

Diplomado en formación del Profesorado (Magisterio). UNIZAR

Licenciado en Psicología del Trabajo y las Organizaciones. UNED

Experto Profesional en Coaching Integral. Curso Básico (375 horas) UNED

Experto Profesional en Coaching Integral. Curso Avanzado (375 Horas) UNED

Experto en Coaching e Inteligencia Emocional (300 Horas) AICM

Curso Básico de Intervención Psicológica en Emergencias COPPA

Curso de Acreditación Docente para Teleformación (60 Horas) TALENTIA 

 

Mediador Familiar, civil y Mercantil. Registrado en el Ministerio de Justicia

 

Curso de Prevención Integral del Suicidio y conducta autolítica organizado por la UNED y el COPPA.

 

 

 

  • Asociación Internacional de Coaching y Mentoring: Profesional Nº 13639

 

 

 

 

¿Qué es el Coaching?

     Si hay algo que me moleste, es emplear palabras en otros idiomas para definir actividades, trabajos, situaciones..., pero la verdad es que para el coaching no acabo de encontrar la palabra en español que pueda sustituirla. Porque, ¿qué es el coaching?, ¿qué hace un coach?; no es sencillo explicarlo brevemente, hay miles de definiciones. Para mí (y es lo que intento aplicar en las sesiones) es ayudar al cliente, mediante preguntas y conversación a descubrir y alcanzar un objetivo que no tenía bien definido, sobre el que tenía dudas. El coach no da soluciones, no da opinión, no decide, no aconseja, es siempre el cliente el que toma las decisiones para conseguir alcanzar ese objetivo que han fijado. Estos objetivos pueden ser muy variados, desde situaciones personales de pareja, relaciones sociales, decisiones sobre estudios, futuro laboral, ... o en el ámbito empresarial para la mejora del ambiente profesional, en los deportes para la mejora del rendimiento, ... Es decir, en cualquier situación de la vida que necesite de un cambio, una mejora, para conseguir sentirnos mejor: personal, social, intelectual, emocional y espiritual.

 

     Entre el cliente y el coach hay una relación "de igualdad", el coach no es experto en la vida de su cliente. El Coach no es ni un asesor ni un consultor porque no va a dar soluciones. Tampoco es un mentor, porque no es un modelo a seguir ni va a enseñar nada a su "pupilo". Ni mucho menos el Coaching es Psicología, carrera universitaria y ciencia de la conducta y el comportamiento, sino que son técnicas para que el cliente modifique ese comportamiento. No es un terapeuta, porque no trata trastornos ni patologías. No debería ser esotérico, aunque los hay.

 

     Un proceso de coaching lleva su tiempo, desde un mínimo de 4-6 sesiones, hay que ser constante y estar involucrado por ambas partes: coach y cliente. Debe haber una confianza mutua para que se pueda hablar sin limitaciones, dentro del ámbito en el que estamos tratando. Lo habitual es firmar un contrato que formalice la relación, teniendo en cuenta que el número de sesiones no es seguro, que pueden variar tanto a más como a menos dependiendo de la evolución del procedimiento.

Covid Persistente

Cuando dices que tienes Covid Persistente, te encuentras con distintas personas: La que se asusta pensando que le puedes contagiar; la que no tiene ni idea de qué está hablando pero no se inmuta; el que tiene idea de la enfermedad pero te suelta esa frase que tanto nos gusta: "pero si tienes muy buena cara"; y finalmente, la persona que conoce la enfermedad, los síntomas y se preocupa por tu estado. Para los tres primeros tipos de reacciones, vamos a explicar un poco qué es el (o la) Covid Persistente.

Según la OMS, que reconoció la enfermedad en Octubre del 2021: Es la condición que ocurre en individuos con antecedentes de infección probable o confirmada por SARS-CoV-2, generalmente 3 meses después del inicio, con síntomas que duran al menos 2 meses y no pueden explicarse con un diagnóstico alternativo. Los síntomas comunes incluyen, entre otros, fatiga, dificultad para respirar y disfunción cognitiva, y generalmente tienen un impacto en el funcionamiento diario. Los síntomas pueden ser de nueva aparición después de la recuperación inicial de un episodio agudo de COVID-19 o persistir desde la enfermedad inicial. Los síntomas también pueden fluctuar o recaer con el tiempo. Vale, una definición poco manejable. También en España, el Instituto Carlos III realizó un inform técnico para definir la enfermedad: Conjunto de síntomas multiorgánicos variados no atribuibles a otras causas que perduran tras la fase aguda de la infección de COVID-19... Peor aún. 

Así que voy a intentar explicar lo que es para mí tener Covid Persistente: Es haberte contagiado de Covid 19 y que muchos síntomas que produce el virus los sufras durante más de dos años: Cansancio extremo sin hacer esfuerzos o en reposo, dolores articulares y musculares, insomnio, niebla mental (falta de concentración, de atención, de memoria, ...), afecciones gastrointestinales, problemas en la piel...así hasta más de 200 síntomas estudiados de los que 70 son más frecuentes e incluso incapacitantes; que tengas continuas recaídas que te dejan "fuera de juego" durante días;  que un día te levantes con unos síntomas que no habías tenido nunca o los habías sufrido hace meses y pensabas que estaban curados; es leer un libro o ver una serie y a los 10 minutos no acordarte qué estás viendo o leyendo; es perderte volviendo a tu casa después de un paseo de 10 minutos; es no saber llegar del salón a tu cuarto; es que si tienes la suerte de que tus médicos te atienden en condiciones y te piden pruebas diagnósticas no salga ningún parámetro que justifique esos síntomas; en muchos casos, es que un médico no te haga ni caso y te eche de la consulta cuestionando tu malestar; es no poder trabajar y que el INSS te deniegue una baja; es que te despidan de tu trabajo (aunque en mi caso haya sido pactado) por no poder cumplir; es que pierdas tu vida social, que pierdas amistades, que no aguantes en una celebración, ...

Pero también es que la familia te apoye y anime; es que los vecinos te pregunten en el ascensor cómo te encuentras; es que los amigos de verdad sigan ahí; es encontrar gente como las compañeras de la Asociación Long Covid Aragón que luchan y luchan por el reconocimiento de la enfermedad y los enfermos; es descubrir la cantidad de estudios científicos que existen en todo el mundo y en España para hacernos la vida mejor; es conocer organizaciones como la SEGM o REICOP que trabajan día a día por nuestra salud.

También puede ser un revulsivo para cambiar tu vida: Asumir la enfermedad, las limitaciones, los síntomas y decir "que sí, que vale, que ellos están, pero yo también"; y aprovechar los buenos momentos para seguir estudiando, para adquirir nuevos conocimientos y dar un giro laboral.

 

¡Sal de tu zona de confort! No, Gracias. 

Según la RAE, bendita RAE, confort se define como:

Del fr. confort, y este del ingl. comfort.

1. m. Bienestar o comodidad material.

Sin.: bienestar, comodidad, lujo, desahogo, holgura.

Ant.: incomodidad, malestar.

Es decir, empleamos mal el término confort para referirnos a lo que algunos psicólogos, terapeutas, coach, … denominan “zona de confort”, usamos mal el idioma. Si esa “zona de confort” se refiere a “un estado psicológico, que puede estar asociado a un lugar, a un pensamiento o a una acción, en el cual la persona opera en una condición de "ansiedad neutral" y sin sentido del riesgo utilizando una serie de comportamientos para conseguir un nivel constante de rendimiento. En pocas palabras, consiste en realizar tareas, acciones y pensamientos con la misma rutina de siempre (White, 2009).”, deberíamos llamarlo “zona sin ansiedad” o “zona rutinaria” o incluso “zona tranquila”.

Y si en esa “zona de confort” se supone que estamos en “ansiedad neutral”, ¿a qué viene esa insistencia tan de moda de muchos psicólogos, coach, gurús, etc. en que salgamos de ella o la abandonemos? ¿no será que está mal denominada?

 

  1. Si en esa “zona” sentimos bienestar, estamos bien, a gusto, nos sentimos plenos, pensamos que no necesitamos más para ser felices…, dejemos a la gente en paz en su “zona tranquila”, en su “zona de confort”, no las estresemos diciéndoles que “hay que mejorar”, “debes desarrollarte”, “tienes que buscar tu mejor versión”, …, ¡No!, ¡Basta ya! Dejemos que las personas disfruten de su situación, de lo que han logrado en la vida: de su trabajo, de su familia, de sus amigos, de su casa, …
  2. Si en esa “zona”, pueden seguir viviendo sin problema, pero no están satisfechos, deberíamos denominarla “zona de resignación”. Y aquí, SÍ, ayudemos a esa persona a buscar su mejor versión, a mejorar, a cambiar en la medida de sus posibilidades con las distinta técnicas de las que disponemos. Que salga de esa resignación, que busque objetivos para desarrollar, pero objetivos que sean reales; no caigamos en el positivismo radical y sin sentido de “si quieres, puedes”: No siempre se pude y debemos advertir a esa persona de las limitaciones si lo que propone es irreal. El refrán más real sería “si quieres (y es alcanzable), puedes”.
  3. Y finalmente tendríamos una nueva situación que podríamos denominar “zona de meta” que sería esa nueva “zona tranquila”, esa nueva vida que hemos conseguido tras querer salir de la zona de resignación en la que habíamos caído.

 

Como resumen, animaría a todos lo que nos dedicamos a intentar mejorara la vida de las personas, a su desarrollo, a que utilicemos correctamente el lenguaje y dejemos de usar “zona de confort” como sinónimo de “zona de resignación”. Y, por encima de todo, no obliguemos por modas sin sentido a que la gente piense que, si se encuentra bien con su situación actual, es porque “no está dando su mejor versión”; cada uno que viva feliz con lo que anhela: Disfrutar de lo que tiene en este momento o seguir creciendo en los ámbitos posibles.

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