Covid Persistente

Paciente experto en Covid Persistente, en Zaragoza. 

Cuando dices que tienes Covid Persistente, te encuentras con distintas personas: La que se asusta pensando que le puedes contagiar; la que no tiene ni idea de qué está hablando pero no se inmuta; el que tiene idea de la enfermedad pero te suelta esa frase que tanto nos gusta: "pero si tienes muy buena cara"; y finalmente, la persona que conoce la enfermedad, los síntomas y se preocupa por tu estado. Para los tres primeros tipos de reacciones, vamos a explicar un poco qué es el (o la) Covid Persistente.

Según la OMS, que reconoció la enfermedad en Octubre del 2021: Es la condición que ocurre en individuos con antecedentes de infección probable o confirmada por SARS-CoV-2, generalmente 3 meses después del inicio, con síntomas que duran al menos 2 meses y no pueden explicarse con un diagnóstico alternativo. Los síntomas comunes incluyen, entre otros, fatiga, dificultad para respirar y disfunción cognitiva, y generalmente tienen un impacto en el funcionamiento diario. Los síntomas pueden ser de nueva aparición después de la recuperación inicial de un episodio agudo de COVID-19 o persistir desde la enfermedad inicial. Los síntomas también pueden fluctuar o recaer con el tiempo. Vale, una definición poco manejable. También en España, el Instituto Carlos III realizó un inform técnico para definir la enfermedad: Conjunto de síntomas multiorgánicos variados no atribuibles a otras causas que perduran tras la fase aguda de la infección de COVID-19... Peor aún. 

Así que voy a intentar explicar lo que es para mí tener Covid Persistente: Es haberte contagiado de Covid 19 y que muchos síntomas que produce el virus los sufras durante más de dos años: Cansancio extremo sin hacer esfuerzos o en reposo, dolores articulares y musculares, insomnio, niebla mental (falta de concentración, de atención, de memoria, ...), afecciones gastrointestinales, problemas en la piel...así hasta más de 200 síntomas estudiados de los que 70 son más frecuentes e incluso incapacitantes; que tengas continuas recaídas que te dejan "fuera de juego" durante días;  que un día te levantes con unos síntomas que no habías tenido nunca o los habías sufrido hace meses y pensabas que estaban curados; es leer un libro o ver una serie y a los 10 minutos no acordarte qué estás viendo o leyendo; es perderte volviendo a tu casa después de un paseo de 10 minutos; es no saber llegar del salón a tu cuarto; es que si tienes la suerte de que tus médicos te atienden en condiciones y te piden pruebas diagnósticas no salga ningún parámetro que justifique esos síntomas; en muchos casos, es que un médico no te haga ni caso y te eche de la consulta cuestionando tu malestar; es no poder trabajar y que el INSS te deniegue una baja; es que te despidan de tu trabajo (aunque en mi caso haya sido pactado) por no poder cumplir; es que pierdas tu vida social, que pierdas amistades, que no aguantes en una celebración, ...

Pero también es que la familia te apoye y anime; es que los vecinos te pregunten en el ascensor cómo te encuentras; es que los amigos de verdad sigan ahí; es encontrar gente como las compañeras de la Asociación Long Covid Aragón que luchan y luchan por el reconocimiento de la enfermedad y los enfermos; es descubrir la cantidad de estudios científicos que existen en todo el mundo y en España para hacernos la vida mejor; es conocer organizaciones como la SEGM o REICOP que trabajan día a día por nuestra salud.

También puede ser un revulsivo para cambiar tu vida: Asumir la enfermedad, las limitaciones, los síntomas y decir "que sí, que vale, que ellos están, pero yo también"; y aprovechar los buenos momentos para seguir estudiando, para adquirir nuevos conocimientos y dar un giro laboral.

 

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